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Centro al área de Orión, el uruguayo Sorondo se le anticipó a
Desábato y
el Inter encontró la ventaja ante Estudiantes, cuando empezaba a jugar
contra el reloj. El 1-0 en Porto Alegre deja todo abierto para la
revancha en Quilmes.
El Pincha no lo aguantó, pero al menos la diferencia apenas
terminó siendo de un gol. Es que el equipo de Sabella terminó sufriendo
lo que en los últimos partidos lo persigue y que le hizo perder el
liderazgo en el campeonato local. El Pincha se pinchó, sí, y el Inter
aprovechó esa chance. El físico del León aguantó hasta que pudo pero en
el último centro al área Desábato no llegó a tapar a Sorondo y el
uruguayo consiguió lo que Inter, por ambición y convicción, buscó desde
el comienzo del partido.
Fue con un planteo claro Sabella. El mismo que tantos resultados le
trajo. La idea del equipo argentino fue poblarle la mitad de la cancha y
taparle las subidas de Guiñazú por el sector izquierdo. Y en gran parte
del primer tiempo le salió bárbaro el planteo, pero para poder sostener
esa idea no se pueden cometer errores y en el único que cometió la
terminó pagando. La incógnita que queda es saber que hubiese pasado si
el Pincha se abría un poco más. Si Verón y compañía pensaban un partido
un poco más ambicioso después de esa presión inicial de los brasileños.
Ahora esa idea de juego Estudiantes deberá llevarla a la práctica la
semana que viene en la cancha de Quilmes. La diferencia no asusta y tal
vez esa media inglesa que siempre plantea Sabella, le sirva para esperar
las semifinales una vez pasado el mundial.
Estuvo a un paso de conseguir lo que fue a buscar. "Pensamos un
partido y por unos minutos no se dio", dijo Agustín Orion. Ahora deberá
cambiar el libreto para poder sortear a uno de los rivales más
complicados para poder repetir el título.